Francisco Garrido

Obviedades estratégicas

Por: Francisco Garrido | Publicado: Martes 28 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.
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A partir de la reiterada proliferación de acepciones estratégicas que tienden a reflotar en condiciones de agitación social como las que se expresan en las condiciones presentes y futuras de los mercados globales, es que se verifican algunas inexactitudes que vale la pena identificar, sobre todo en estos tiempos de “campañas” de todo tipo.

En primer término será necesario recordar que el concepto de estrategia nos refiere a pensar en tiempo futuro. Este sencillo (y a la vez complejo) hecho es el que muestra de cuerpo entero al ser humano en su desafiante camino de avance hacia estados de mejoras en su situación e intereses, no obstante, en tal avanzar la estrategia nos colabora, junto a la planificación, para aumentar las probabilidades de éxito.

En segundo término habrá que indicar que en la naturaleza estratégica reside una búsqueda de logro de objetivos concretos y de diversa naturaleza. Esto explica la búsqueda y disposición de nuestras energías y de quienes nos acompañan, para actuar luego en función de tales logros (eminentemente pragmáticos si los llevamos al mundo organizacional).

Son estos componentes los que distinguen la naturaleza estratégica: pensar y actuar en función de unos objetivos concretos, en el contexto de escenarios (actuales y potenciales) o realidades (colapsadas o por colapsar) que no resultan evidentes para todos los actores. Esto es especialmente sensible y propio de la naturaleza de la estrategia en los tratados de todos los tiempos: aquello que resulta evidente, obvio o explícito, no tiene posibilidad alguna de merecer el título de “estratégico” (a no ser que oculte, bajo la expresión de una obviedad, lo que llamaríamos una “trampa de guerra” o estratagema).

Vistas así las cosas, la miríada de obviedades que se explican en las mal llamadas y supuestas “estrategias políticas”, “estrategias de desarrollo nacional”, “estrategias empresariales”, en realidad no vienen sino a ser la explicación de cosas que hay que hacer, decisiones en desarrollo, sumas de actos concatenados (complejizados en indicadores) o de ingeniosas ideas que siempre son de gusto de quien las pensó. Si nada develan, si no hacen más que explicar lo que ya todos pueden describir y constatar, no serán más que obviedades con pretensiones estratégicas.

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